Es internista e infectóloga. Se desempeña como jefa de la Unidad de Atención Integral de VIH e Infecciones Crónicas “Dr. Carlos Rodolfo Mejía Villatoro” y lidera el área de COVID-19 para adultos del Hospital Roosevelt. Coordina, además, la maestría de infectología de Adultos en la Universidad de San Carlos. “El doctor Mejía fui mi mentor. Murió a causa de una bala perdida. Ese día partió el alma. Yo solo he continuado con su labor y con el respaldo del equipo que él formó”, relata.
Contribuyó a la descentralización de pruebas de laboratorio e inicio rápido de terapias para pacientes de VIH. También a la implementación del tratamiento curativo de la Hepatitis C. “Empezamos a dar gratis un tratamiento que costaba Q40 mil”, explica.
Durante la pandemia y con el apoyo de un equipo de médicos internistas, Ana Johanna creó el protocolo de atención de pacientes COVID-19. Se contagió, se recuperó y volvió a su puesto para seguir ayudando. “Aprendí a ponerme metas de corto plazo. No sé lo que va a pasar. Pero quiero seguir trabajando en contra del estigma y la discriminación”, puntualiza.
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