Tiene 25 años de edad, es licenciada en Administración en Hotelería, Turismo y Gastronomía. Trabajó en la Finca Chimoté, propiedad de su familia, que se dedica a la producción de huevos, lácteos y embutidos.
Hace dos años, decidió emprender y fundó Noack Kaffee Bistro. Sin embargo, el COVID-19 la obligó a transformar su negocio y modificar el menú por uno artesanal con presentación gourmet. “Los domingos solía llenarse, pero después de que se declaró la pandemia ya no vino nadie. Así que tuve que ofrecer servicio a domicilio. Luego vino la tormeta Eta e inundó la finca. Fue muy duro ver todas las siembras debajo del agua. Pero seguimos trabajando para salir adelante”, explica.
Diana se dedicó a preparar 700 platos de comida diarios para los damnificados por Eta. También recolectó ayuda en Guatemala, Estados Unidos y Canadá. “Espero que mi negocio crezca y pueda dedicar parte de las ganancias a financiar estudios a personas quieran incursionar en la gastronomía del país”, afirma.
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